VISITAMOS LA COOPERATIVA CONVIVIR, PASEAMOS POR CUENCA Y CONOCIMOS LA CIUDAD ROMANA DE SEGÓBRIGA.

Durante los días 12 y 13 de septiembre, 66 socios y socias de BdC participamos en un viaje, organizado por el Grupo de Participación y Convivencia, cuyo objetivo fundamental fue conocer el proyecto hermano   “CONVIVIR”, de Horcajo de Santiago (Cuenca). La visita cubrió ampliamente nuestras expectativas. Víctor, Cruz y los demás socios de CONVIVIR nos prestaron una acogida extraordinaria, mezcla de amabilidad, afecto y complicidad, a la vez que nos explicaban los aspectos más importantes de un proyecto que es ya realidad.

Tras recorrer las instalaciones los presentes coincidimos en que nos había llamado expresamente la atención la organización cooperativa, el sentimiento solidario, el entusiasmo que transmiten los socios y la sensación de que se encuentran muy a gusto y orgullosos de haber logrado poner en marcha un proyecto de gran complejidad. Además, pudimos comprobar en la realidad los pros y contras de las diversas soluciones adoptadas tanto en lo que se refiere a la arquitectura dura (edificios, instalaciones, dinero) como a la arquitectura blanda (personas, convivencia, organización).

La víspera, habíamos apurado el reloj del viaje para llegar a Cuenca hacia las 5, lo que permitió a la organización sorprendernos con una breve charla en el hotel sobre Cuenca, su historia y los aspectos más relevantes de su trama urbana, a cargo de la socia Carmen Ibáñez, tras la que realizamos un recorrido en grupo por la parte alta de Cuenca y su núcleo histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.  Con una luz de atardecer magnífica ascendimos por las empinadas calles que nos llevaron desde la Catedral hasta las Casas Colgadas, los miradores de las hoces labradas por los ríos Huecar y Júcar y el Castillo. Mereció la pena el esfuerzo, nos ganamos bien la cena. Después, algunos pasearon por Cuenca de noche. Imprescindible, dijeron. Tendremos que volver.

Segóbriga es una sorprendente, y poco conocida, ciudad romana que floreció entre los siglos I a.C. y III, en el término de Saelices, muy cerca de Horcajo de Santiago. Cuenta con todos los elementos característicos de las ciudades romanas. Muy bien conservados el teatro y el anfiteatro, con restos importantes de la basílica y las termas y, apenas dibujado sobre el terreno, el circo. Qué calor hacía. Recordábamos a D. Quijote cabalgando por aquellas manchegas llanuras con el sol derritiéndole los sesos. Allí, en medio de la nada, la pregunta que hacíamos a la guía era por qué en ese lugar una ciudad romana. Y su respuesta: el “Lapis especularis”, una modalidad de yeso de gran trasparencia utilizado como cristal que se exportaba por Cartagena al resto del Imperio. Pisamos sobre el cardo y el decumanus, imaginamos el foro lleno de ciudadanos, vimos un video explicativo y nos despedimos de Segóbriga y su sol para ir a comer.

Preguntados los asistentes por su impresión sobre el viaje en su conjunto destacaron que fue muy agradable y útil. Agradable porque hemos hecho un esfuerzo por mezclarnos, lo que nos ha permitido conocer a nuevas personas; porque hemos creado un ambiente amable, cordial y divertido; y, en fin, porque crece en nosotros la sensación de que estamos compartiendo un gran proyecto con un muy variado y valioso grupo de gente.  Y útil porque hemos visto, en su conjunto y en detalle, un proyecto que coincide con el nuestro en sus objetivos generales, aun cuando muestra asimismo diferencias muy significativas.

Solo queda trasladar al Grupo de Participación y Convivencia y a su Coordinador, Ricardo de Andrés, que resolvió primorosamente todas las dificultades que fueron apareciendo, nuestro más sincero agradecimiento por el gran trabajo realizado.