///TRASLADARSE A VIVIR A UNA RESIDENCIA
Fórmula utilizada habitualmente cuando no funciona la opción anterior, tomada por decisión propia (pocas veces) o por los familiares (casi siempre).
Existen dos posibilidades:
Residencias privadas:
Las residencias privadas del entorno, en habitación individual y para personas autónomas, tienen fijados unos precios en Cantabria de entre 1.500 y 2.000 €/mes. En habitación compartida, los precios se reducen en unos 100-150 €/mes.
Las personas dependientes, en función de su grado de dependencia, pueden llegar a pagar de 500 a 800 € más al mes.
Es decir, vivir en una residencia privada requiere disponer de entre 2.000 y 2.800 €/mes, precio que tampoco es accesible para la mayoría de las personas.
Residencias públicas y concertadas:
Si la persona es dependiente puede, a través de la Ley de Dependencia, acceder a una plaza en una residencia pública o privada concertada. Hasta la publicación del Real Decreto Ley 20/2012, de 13 de julio, las cuotas a pagar por los servicios recibidos estaban relacionadas con los ingresos (la pensión exclusivamente) pero, con la modificación introducida, la cuota se establece en función de la capacidad económica (renta + patrimonio). Es decir, si a la administración le cuesta una plaza concertada en torno a los 1.600–1.800 €/mes, el usuario tendrá que responder con su pensión, y si no llega, con su patrimonio.
Esta opción no es barata y, al final, la deuda contraída puede llegar a ser importante si la pensión es pequeña y los años de estancia en la residencia son muchos.